viernes, 24 de octubre de 2008

Cosas De Casa.

Hola
Hoy es viernes y aunque quedé con las amigas para tomar una copa, a última hora me sentí perezosa y no fui. Espero que no me odien.
La pereza fue causada porque me ha dado un yuyo y fijaros, que estoy trabajando en la finca como loca, me apetece un montón limpiarla, arreglar las plantas, podar árboles (pobriños,lo que yo les hago)

Sariña me ha preguntado por la casa; la casa de mis desvelos le voy a llamar.
A la finca en su día le puse "nire ametxa" que en euskara significa "Mi sueño"
A esta casa le llamaré "La casa de mis desvelos", de verdad.
Tal vez con el tiempo le cambie el nombre y le llame "La casa de las anécdotas" Por que ni os imagínais lo que me suele pasar!

Sólo un botón como muestra:

Cada poco voy (y menos mal) a darme una vuelta por la casa y trato de imaginar cómo será el día que la acaben.
Bueno un día mirando lo que hacen en el salón miro hacia arriba y veo un montón de cajitas negras colocadas a la altura del techo. Le pregunto a uno de los obreros:
- Señor, para qué son todas esas cajitas?
- Son para los enchufes, para la antena y la toma del teléfono.
-Ahhhhh. Y porqué están casi en el techo?
- Para poner el plasma, señora. Ahora se colocan ahí, pues los plasmas se cuelgan del techo.

Podéis imaginar la cara de idiota que me quedó?
El tipo me contestó lleno de razón, no sólo éso, me contestó con "paciencia" como se contesta a un niño que no entiende nada o, como se le contesta a un tonto (que debió de ser lo que él pensaba de mi).
Cuando me repuse de la respuesta, le dije:
-AHH. Y, es que la casa "viene" con plasma incluíada?
-Por supuesto ue no
Vale, señor, pues como de momento no me puedo permitir el comprar un plasma, me puede colocar los enchufes en un lugar al que yo pueda acceder sin subirme a una escalera?

La verdad es que mi tono debió de ser bastante duro, pues el tipo me dijo:
-No se ponga así mujer.
Al menos puedo deciros que efectivamente, los enchufes ahora están a una altura adecuada a mi estatura.

Buno, esto os puede parecer una anécdota simpática y realmente lo es, pero unida a otros y otros y otros muchos, muchos quebraderos de cabeza, a mí no me hizo ni pizca de gracia.

Ahora tengo una semana de descanso (descanso?), supongo que descansaré cuando vuelva al trabajo.

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